viernes, 2 de marzo de 2012

Siendo sincera.



Me gustaba verte y echar a correr para comerte a besos, aunque al rato pasaba de ti porque decía que me  aburrías. Aun recuerdo que solia decirte lo poco que sabias de mi, que ya no te quería, que nada era como esperaba, que me cansabas....Que lo nuestro no tenía futuro. 
 Me gustaba picarte, meterme contigo era mi diversión, reírme de tu cara para ver como me mirabas con esos ojitos de pena. Me gustaba salir corriendo cuando discutíamos, decirte que no gritaras y gritarte yo aun mas, tan solo para no dejarte hablar… bueno, también para desesperarte como yo solo se hacerlo. 
Pero siendo sincera...
Eso, solo era para que tu me cogieras  de la cintura como solo tu sabías hacer, me dieras la mano y me dijeras lo tonta y estúpida que era… asi hasta esperar ese beso, que siempre tenia un sabor diferente a los demás. Era tan especial. 
Y es que nuestras mejores reconciliaciones siempre venían acompañas de esas palabras de “una proposición indecente” que acabaron siendo íntimamente nuestras:  "Te quiero"

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